La eterna depresión postparto
La eterna depresión postparto.
La depresión postparto puede llegar a durarnos años.
La, a veces temida, a veces olvidada, a veces menospreciada, depresión postparto puede durarnos mucho, muchísimo tiempo.
Y lo peor es que esta depresión puede afectar no sólo a la mujer y madre, sino también al padre, incluso a los abuelos.
La peor depresión postparto es la que se da cuando pensamos que nuestros hijos son “nuestros”, en el sentido estricto de la palabra, es decir, que son de nuestra propiedad.
Nada más lejos de la realidad.
Si estáis embarazados y esperáis vuestro primer bebé probablemente hayáis escuchado ya muchas cosas sobre la paternidad, sobre lo que podéis esperar en el nacimiento de vuestro bebé, sobre las intensas emociones que se viven. Todo es cierto, pero nada es único. Cada persona cuenta lo que vive y hay tantas vivencias como personas.
Algo de lo que no se habla tanto es que “tu” bebé dejará de serlo desde el mismo momento en que nazca. Es una nueva vida, una nueva persona que nos pertenece del mismo modo que nos esclaviza y a la vez nos libera, en una extraña mezcla de interdependencia muy difícil de explicar. Creemos que el bebé depende totalmente de nosotros y así es, pero no es menos cierto que también nosotros dependemos del bebé.
Desde ese momento no podremos dejar de ser padres y madres. A veces incluso sentiremos que para nuestros hijos no somos personas, sólo papá y mamá, que, aunque ahora no lo creáis, es algo bien distinto.
Algunos de los cambios en la vida más difíciles de asumir son precisamente los diferentes niveles de independencia de nuestros hijos. Cada paso hacia su autonomía es un escalón que subimos (¿o quizá bajamos?) hacia la separación y, sin embargo, si tenemos suerte, ésta no se materializará nunca totalmente, lo normal en nuestra sociedad es mantener el vínculo y la relación padres-hijos en mayor o menor medida hasta la muerte.
Es una suerte que nuestros hijos crezcan. Es una alegría inmensa que se desarrollen. Es un placer que sean cada vez un poco más autónomos y nos necesiten menos. Todo esto es a la vez el principal motivo que prolongará hacia el infinito nuestra particular depresión postparto.