Desde mi ventana

Desde mi ventana. Desde mi ventana veo asomarse todos los días a las ocho a muchos vecinos, entre ellos a una familia con dos niños; son prácticamente aún dos bebés, sobre todo el pequeño, que aún no camina. Aplauden con ilusión y alegría. Como lo hacemos todos, con la esperanza de hacer de esos aplausos 

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